Salvo excepciones excepcionalmente excepcionales, a todos nos ha pasado: se nos cae un objeto sólido de las manos/mesa/lo que sea. Tranquilamente nos agachamos, lo recogemos y lo levantamos como si nada. Con un poco de esfuerzo, podemos levantar objetos de masa considerable, como muebles, personas no demasiado grandes o incluso cajas conteniendo toda la discografía de Roberto Carlos.
Sí, esto es bastante cotidiano, pero no nos paramos a pensar lo brutal que es esto. Cuando levantamos un objeto, lo hacemos contra la gravedad. Una vulgar mano humana puede ejercer una fuerza hacia arriba superior a la que ejerce toda la Tierra hacia abajo. Cerca de seis mil trillones de toneladas, partícula a partícula, tirando todas hacia abajo, y tú con tu mano les ganas a todas. Puedes hacer más fuerza que todo un puto planeta. Si eso no te hace sentirte como Goku, es porque no tuviste infancia y no sabes quién es, porque otra razón no se me ocurre.
Ah, pero la entrada no dice Goku, dice Superman. Bueno, sí, lo de más fuerte que un planeta vale para ambos, pero hay algo más. Superman obtiene sus superpoderes del Sol. Pues tú también. Esa fuerza superior a la de un planeta también la ejerces gracias al Sol. No, aquí la gravedad no pinta nada, es todo energía nuclear y química. Resulta que toda la energía química la obtienes de cosas que has comido. Todas esas cosas vienen de productos que o bien se han obtenido de un vegetal o bien se han obtenido de algún animal que se había comido a otro animal herbívoro, de un animal que se comió a un animal que también comía herbívoros, etc. Al final, te pongas como te pongas, hay una planta al final. Esa planta ha cogido su energía del Sol, que mediante reacciones nucleares emite luz, y las plantas, que son listas, las convierten en deliciosa energía química usable por seres vivos. Y no tan vivos: la energía de los combustibles fósiles, que tanto usamos para nuestras amigas las máquinas, proviene de seres vivos de hace unos cuantos millones de años, que la obtuvieron también del Sol.
Así que ya sabes: todos somos como Superman. Puedes probar tus superpoderes intentando evitar un atraco a un banco sin armas, tirándote desde un sexto piso a ver si vuelas, o intentando romper bloques de una tonelada de cemento a puñetazos. Igual los resultados no son los que esperas, pero no veas lo que nos vamos a reír cuando salgas en los periódicos.
Y ahora, una foto de un gato, que también es Superman porque todo lo de arriba se le aplica igualmente.
